La Volta la Foia es una carrera perfecta para la Maratón de
Valencia, su distancia son dos tercios de una maratón, además su perfil no es
nada llano teniendo más de una parte llena de toboganes. Somos muchos los
corredores que nos presentamos allí para examinar nuestra preparación de cara a
la propia Maratón de Valencia. Este era mi objetivo, y a pesar de presentarme
con mucho cansancio, por culpa de la bici del día antes, (es lo que tiene hacer
las tiradas largas el sábado), quería salir con cierto riesgo y ver hasta donde
llegaba el cuerpo.
Ya en la misma salida me pongo en segunda posición, además
no me cuesta coger distancia con el tercero, empiezo a ponerme un poco nervioso
pues enseguida me pongo en una muy buena posición, y no he visto a nadie en la
salida que pueda correr conmigo,¿ miedo a ganar? Sí, un poco, sé lo que es por
mi experiencia en el tenis pero enseguida empiezo a concentrarme y dejar de
lado esos pensamientos. La estrategia está muy clara, coger al primero es
misión imposible y quiero aprovechar esta posición para ganar motivación de
cara a Valencia, además al ser segundo y pensar que puedo tener esa posición
mucho tiempo me da la suerte de llevar un ciclista siempre a mi lado para darme
agua, comida, cogerme lo que yo le dé… algo que es un verdadero lujo.
En los primeros kilómetros siento las piernas un poco duras
por el entreno del día de antes, pero sé que es cosa de tiempo, y tarde o
temprano iré cogiendo buenas sensaciones y se me irá esa resaca que tengo en
las piernas. La carrera consta de 27,5 kilómetros y pasa por tres pueblos,
siendo el primero Ibi más o menos por el kilómetro 7, en ese momento ya voy
fino y con el motor a buen ritmo, además empiezo a adelantar a todos los
caminantes que hacen la misma distancia andando, estos han salido una hora antes,
y ya estoy empezando a adelantarlos, esto parece una tontería pero sirve de
gran motivación pues una mayoría te dan ánimos y te lleGan a gritar “guapo” ;)
Pasado el primer pueblo sigo con buen ritmo, el segundo es Castalla y está un
poquito más lejos, pues lo tengo que encontrar más o menos por el kilómetro 18.
Es antes de llegar cuando llega el peor momento, empiezo a tener un poco de
dolor de estómago, el ritmo cae un poco, y además vienen los malos
pensamientos, “Puffff, llevo corriendo casi una hora y todavía me queda un buen
cacho” Empiezo a hacer mis cuentas, y ver que si la cosa no falla, además de
llegar segundo, puedo bajar varios minutos del año pasado, es el pensamiento
que me hace tirar “palante” y mi forma de quitarme de la cabeza todo lo malo.
Justo antes de llegar a Castalla, me tomo mi primer gel, aquí he decidido cambiar mi estrategia en base a los geles pues casi siempre me dan problemas, no me lo voy a tomar de golpe, comeré la mitad y pasado un kilómetro me tomaré la segunda mitad para que el estómago no tenga que digerir el gel de una sola vez. La estrategia parece positiva, nada de cosas raras en el estómago y ya llegamos a Castalla todavía en segunda posición. Cuando salgo del pueblo ya dirección Onil y la meta, entro en la última parte de la carrera, queda menos de 7 kilómetros y me encuentro todavía más que OK.
Voy siguiendo mi ritmo hasta el kilómetro 23 donde está ya
el último avituallamiento. Sorpresa, el chico de la bici me avisa de que detrás
me vienen tres, los miro y están más o menos a cinco segundos, joder que cerca
están y además son tres.
Es aquí cuando viene el momento que más recuerdo de esta
carrera. No me pongo nada nervioso, veo que me quedan unos 100 metros para el
avituallamiento y tengo el plan más que claro. Sigo con mi ritmo aunque me
cojan, voy a coger mi agua y tomármela muy tranquilo con mi gel, y si se ponen
a mi lado y me adelantan me da totalmente igual. Pues bien, eso es lo que hago,
y cuando han pasado unos segundos desde que me tomo una mitad del gel que
llevaba, y veo que ya he pasado el kilómetro 23 y me quedan menos de 5, a full
hasta la meta.
El cambio de ritmo es grande, eso sabía que era capaz de
hacerlo, pero que quedo muy sorprendido pues soy capaz de aguantarlo hasta casi
la meta. Ya a falta de 500 metros el
ciclista me dice tranqui, estás ya en la meta y a los de atrás los tienes muy
lejos. Es entonces cuando bajo el pistón y me voy a la meta para cruzarla
segundo. Todo perfecto, bajo más o menos 4 minutos con respecto al año pasado,
y lo mejor es que el tercero llega más de dos minutos detrás de mí, parece que
mi último 5000 ha sido bueno, bueno y bueno.
Conclusión:
A full en Valencia y sin miedo a pasar la media maratón en
1h:20. Lo que pase luego ya es una incógnita ;)
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